Luché, por aquello en lo que creí y la vida me dio la espalda
Creí obtener felicidad en aquello que sólo era placer
Pensé en crecer, recorriendo mares y océanos, nadando entre personas, abriendo puertas.
Decidí vivir, una vez más, seguir, olvidando las heridas que otros me procuraron.
Comencé, a sentir, buscar emociones, descontrol, y de forma extrema.
Muchas veces golpeado, pero siempre, en pie, dispuesto a seguir.
Sólo, sin nadie, con Dios, con pocos amigos, una familia y un objetivo, no ser uno más.
Camino difícil, libre, se allana, pocos me acompañan, pero fieles, en la noche, a mi lado, esos ángeles que me guían.
Busco, busco, y abandono, escucho una voz, y vuelvo a ser yo.